Como mamás y papás, todos tenemos debilidades e imperfecciones. Una de las mejores formas de identificar los puntos en los que necesitamos mejorar es comunicándonos con las personas que reciben nuestros esfuerzos de crianza: nuestros hijos.

Recibir retroalimentación es una excelente manera de convertirse en un mejor padre de familia, especialmente porque cada uno de nosotros tiene puntos ciegos que nos impiden ver cosas en nosotros mismos en las que debemos trabajar.

Como terapeuta, he descubierto que algunas mamás y papás se sienten amenazados ante la idea de recibir este tipo de aportes por parte de sus hijos. Para ellos, recibir las opiniones de los demás les evoca recuerdos y sentimientos negativos. Otros padres pueden sentir que recibir comentarios por parte de los hijos pone en duda su autoridad. Sin embargo, otros padres dicen que la retroalimentación de sus hijos sería bienvenida y útil. Para estas personas, recibir retroalimentación tiene asociaciones positivas, sin mencionar la nueva oportunidad creativa para la Comunicación familiar positiva (Elemento #2) que esta actividad podría brindar.

Algunas familias pueden no ser lo suficientemente saludables emocional y relacionalmente para un diálogo abierto y honesto. Pero cuando se puede hacer de manera saludable, vale la pena hacer un chequeo familiar.

Un chequeo implica hacerles a sus hijos algunas preguntas sencillas sobre cómo les está yendo y si hay algo que se interponga en su conexión o relación entre ustedes. Ahora, si les pregunta a sus hijos: «¿Cómo soy como papá/mamá?» Es probable que respondan «bien» (es algo así como «¿Cómo estuvo su día?» y es probable que obtenga la misma respuesta). Tener una lista de preguntas de retroalimentación específicas para entablar en la conversación con sus hijos es muy útil.

«¿Cómo es para ti el pasar tiempo junto a mi?» es una gran pregunta para empezar. Esto le da la oportunidad de verse a usted mismo desde la perspectiva de sus hijos.

Las preguntas adicionales que les he enseñado a las familias a lo largo de los años en mi práctica privada incluyen:

  • ¿Qué te ha funcionado y qué no te ha funcionado, personalmente, la semana o el mes pasado?
  • ¿Qué ha funcionado y qué no ha funcionado para nosotros como familia la semana o el mes pasado?
  • ¿Qué necesitas de mí para mejorar las cosas en nuestro hogar esta semana/mes?
  • En una escala del 1 al 10, siendo 10 lo mejor que he hecho como mamá/papá, ¿cómo me ha ido en las últimas semanas?
  • ¿Te he estado escuchando y comprendiendo bien?
  • ¿He estado demasiado ocupado para conectarme contigo?
  • ¿Desearías que pasaremos más tiempo juntos?
  • ¿Son claras las reglas y los límites que tenemos en esta familia?
  • ¿Alguna de esas reglas o límites es confuso?
  • ¿Hay algo que te moleste que no hayamos resuelto?
  • ¿Qué te gustaría que hiciera para ayudar a mejorar nuestra relación?

Otra opción es utilizar la siguiente lista de cinco comportamientos de familias saludables y prósperas para ayudarle a desarrollar sus propias preguntas de verificación. Estos comportamientos incluyen:

  • Pasar tiempo juntos
  • Compartir risas y alegrías
  • Comer juntos
  • Participar en conversaciones

Las investigaciones muestran que cada uno de estos comportamientos fortalece la salud relacional y la conexión de las familias. Sea creativo al desarrollar su propio conjunto de preguntas. Y no tenga miedo de recibir comentarios constructivos.

Ser intencional y establecer Límites familiares (Elemento #11) y metas positivas son partes importantes para ser un padre de familia exitoso, y con los chequeos familiares se logran ambas cosas. Haga los chequeos parte de su rutina mensual, trimestral o anual.