Después de un período de crianza con un solo padre de familia, un divorcio o la pérdida de un cónyuge que ha fallecido, muchos adultos pueden desear tener una nueva relación. Una nueva relación puede conllevar a un nuevo matrimonio y la unión de dos familias. Incluso si los hijos involucrados están entusiasmados con la nueva relación, existen algunos desafíos. Comprender algunos de esos desafíos y estar preparados para responder a ellos de manera efectiva puede ayudar a la familia a integrarse bien.

1. Reconocer que combinar dos familias representa beneficio y pérdida al mismo tiempo para todos los miembros de la familia.

Si bien los nuevos cónyuges y sus familias pueden estar emocionados de comenzar una nueva vida familiar, los niños a menudo temen que este nuevo comienzo signifique la pérdida de todas las tradiciones y rutinas que disfrutaban en sus familias anteriores. Por lo tanto, puede ser útil para ambos lados de la familia hablar sobre las tradiciones que desean mantener. Los padres de familia deben ayudar a los niños a adaptarse a los otros cambios que a menudo resultan con la combinación de familias, como cambios en el hogar, la escuela y los amigos. En la medida que sea posible, los padres de familia deben permitir que los niños traigan muebles y otros artículos personales de la casa anterior a la casa nueva. También, de ser posible, hay que ayudarles a permanecer en las mismas escuelas y brindar oportunidades para que sus amistades les visiten en sus nuevos hogares.

2. Comprender que es muy normal que los niños se pongan en contra de la nueva pareja de su padre o madre poco después de que empiecen a vivir juntos.

A menudo, incluso cuando un hijo o hija ha estado muy feliz con la futura pareja de su padre o madre, puede comenzar a rechazar a la pareja una vez que ésta sea parte oficial de la familia. Esto se debe a que, en la mente de muchos niños, nadie es lo suficientemente bueno para su padre o su madre, teme que el padre de familia ausente sea reemplazado o que el nuevo matrimonio termine con la fantasía del niño de que sus padres puedan volver a estar juntos. En este caso, se sugiere tener paciencia con el cambio de actitud del niño y puede ser útil si el nuevo padre o madre de familia trata intencionalmente de conectarse con el niño sin esperar que el niño le corresponda. Con el tiempo, la mayoría de los niños se ablandarán hacia el nuevo padre o madre de familia y es posible que se formen buenas relaciones.

3. Ya que combinar familias es complicado, la mayoría de las familias se pueden beneficiar de asesoramiento que les ayude a aprender cómo fusionarse con éxito.

Los Terapeutas Matrimoniales y Familiares con Licencia (LMFT, por sus siglas en inglés) están especialmente capacitados para trabajar con parejas y familias; ellos tienen muchas estrategias para ayudar a las familias mixtas a convertirse en un sistema familiar saludable. A menudo, varias sesiones con un LMFT pueden evitar que las familias experimenten dolor y dificultades relacionadas con la unión de familias y aprender herramientas para comunicarse bien y manejar conflictos futuros.

4. Trabajar juntos para formar nuevas tradiciones, rutinas y reglas.

Así como es importante conservar algunas tradiciones y rutinas de cada lado de la familia, también es importante que todos los miembros de la familia participen en comenzar algunas tradiciones familiares nuevas. Hagan una lluvia de ideas juntos.

Además, es importante durante este periodo inicial de unión de familias recordar el Elemento #11: Límites familiares. Ya que la familia está intentando unirse de maneras nuevas y significativas, es imperativo discutir las diferentes reglas y expectativas que cada uno puede tener para comportamientos aceptables e inaceptables. Es recomendable que los padres de familia se sienten con sus hijos y discutan estas reglas y consecuencias antes de tomar una decisión final. Una vez que se ha llevado a cabo esta discusión familiar, ambos padres de familia deben de definir estas reglas y presentarlas a los niños al mismo tiempo.

5. Enfocarse en fortalecer la unión de los adultos.

Las unidades familiares sólidas comienzan con la asociación sólida de los adultos. Cuanto más fuerte sea la relación adulta, más fuerte será la familia y más preparados y equipados estarán los adultos para manejar los conflictos que pueden llegar a surgir dentro de la familia.