Los deportes tienen mucho que enseñarnos sobre lo que significa vivir bien. El buen carácter se puede enseñar en muchas Comunidades Religiosas (Elemento #19), pero se “practica” en la cancha, el diamante, el campo de juego y la pista. Virtudes como el preocuparse por los demás (Elemento #26), la igualdad y la justicia social (Elemento #27), la integridad (Elemento #28), la honestidad (Elemento #29), la responsabilidad (Elemento #30) y la abstinencia (Elemento #31) se pueden desarrollar y fortalecer tanto como los músculos y las habilidades necesarias para competir.

«Es solo un juego.» ¿Cuántas veces he escuchado esa frase usada para descartar una competencia atlética? ¿Cuántas veces lo he dicho yo mismo?

Entonces, de una vez por todas, dejemos las cosas claras: un juego de pelota es más que un «juego».

Más de 30 millones de niños en los Estados Unidos participan en deportes organizados y programas juveniles (Elemento #18). La creciente popularidad del atletismo juvenil es una buena noticia para los papás. Presenta una oportunidad incomparable para conectarse con sus hijos y enseñarles valiosas habilidades para la vida.

Para algunos papás, los deportes pueden hacer que la crianza de los hijos parezca más fácil, más natural. Cuando un padre lanza una pelota de béisbol con su hijo en el patio trasero o juega al tenis con su hija en el parque, la brecha entre ellos se cierra. Se necesitan pocas palabras; la actividad misma los acerca. «Tengo grandes recuerdos de estar con mi papá, cuando él me enseñó cómo lanzar una pelota, cómo atraparla, cómo hacer cosas atléticas», dice el ex entrenador de la NFL Tony Dungy. «Fue un gran momento para nosotros».

Desafortunadamente, la búsqueda del atletismo no está exenta de peligros. En su deseo de ver a sus hijos sobresalir, el padre deportivo demasiado entusiasta puede presionar demasiado y abrir una brecha entre él y sus hijos. Y cuando un padre no logra frenar su competitividad, los niños pueden aprender las lecciones equivocadas: ganar lo es todo; no dejes que otros jugadores acaparen la gloria; el árbitro no se merece mi respeto.

«Muchas veces ponemos expectativas poco realistas en nuestros hijos y no les permitimos que se diviertan y disfruten», dice Dungy. «Tenemos que tener cuidado y hacer que [los deportes] sean positivos y convertirlos en algo que los jóvenes disfruten».

Aprenda a aprovechar al máximo la participación deportiva de sus hijos. Ya sea que jueguen al fútbol soccer para niños chiquitos o al fútbol americano en la preparatoria, descubra estrategias prácticas para ayudarlos a aprender todo lo que el atletismo puede enseñarles. Investigue las sugerencias de los expertos en paternidad que también lo guiarán en torno a los peligros comunes de los deportes y le mostrarán cómo mantener la acción en el campo a la vez divertida y positiva. Usted es el entrenador más importante que tendrán sus hijos. Utilice su influencia para ayudarlos a alcanzar su máximo potencial, tanto en los deportes como en la vida.