La mayoría de nosotros tenemos momentos de timidez. Al igual que con los adultos, la timidez puede hacer que un niño se sienta incómodo y avergonzado. Cuando es lo suficientemente grave, puede ser doloroso y debilitante.
Lamentablemente, los niños tímidos dejan muchos de sus pensamientos reprimidos, pensamientos que podrían ayudarlos a conectarse con los demás si solo los sacaran a la luz. En cambio, muchas personas tímidas se sienten solas y asustadas.
Algunos niños tienen un temperamento naturalmente reservado. A menudo, sin embargo, los niños tímidos dudan en hablar porque están inseguros y asustados, por miedo a decir algo incorrecto. Pueden analizar y sobreanalizar sus situaciones y sus pensamientos. Su tranquilidad puede interpretarse como indiferencia o falta de interés.
Mi hija es una persona muy sociable. Pero cuando era mucho más joven era bastante tímida y a veces se echaba a nuestros brazos o apartaba la mirada cuando alguien que no conocía intentaba saludarla o hacerle una pregunta. Finalmente me reuní con el maestro de tercer grado de mi hija (Elemento #5: Un plantel educativo que se interesa por el (la) joven) para discutir formas de ayudarla a interpretar y disfrutar su escuela como un ambiente divertido y seguro (Elemento #10: Seguridad). Desde entonces, el teatro, el canto, los deportes y los maestros han ayudado a mi hija a tener más confianza (Elemento #17: Actividades creativas, Elemento #18: Programas juveniles y Elemento #19: Comunidad religiosa).
En mis años trabajando como terapeuta infantil y familiar y trabajadora social escolar, he ayudado a muchos padres de niños que batallan para hablar y socializar libremente. Estos son algunos pasos prácticos que he encontrado valiosos para ayudar a los niños a salir de su timidez.
- Pregúntele a su hijo o hija qué está experimentando a través de sus sentidos. Cuando siente timidez, ¿qué ve, oye y siente? ¿Qué cree que se le exige en las situaciones que se le presentan o al conocer nuevas personas?
- Haga que su hijo haga observaciones en lugar de suposiciones. ¿Qué ve él o ella a su alrededor cuando siente timidez? ¿Siente la necesidad de ser perfecto? ¿De dónde saca esa suposición?
- Tómese un momento para discutir cuándo la timidez puede ser un problema. Por ejemplo, la timidez:
- ¿Le impide conocer gente nueva?
- ¿Evita que comparta sus pensamientos con los demás?
- ¿Le impide pasar tiempo con amigos o compañeros?
- ¿Hace que sea autocrítico o crítico con los demás?
- Proporcione desafíos y celebraciones. Los desafíos podrían incluir que su hijo simplemente se pregunte: «¿Hay otra forma de ver esto?»
Otros niños pueden ser muy hirientes y las experiencias hirientes nos entrenan para ser un poco tímidos. Es importante ayudar a su hijo a comprender que el comportamiento mezquino de los demás no es culpa de él o ella. Muchas veces los niños dicen y hacen cosas desagradables debido a lo que está sucediendo en sus propias vidas. Ayudar a su hijo a comprender y tener sensibilidad y empatía por los demás hará crecer su Capacidad interpersonal (Elemento #33).
Otra pregunta que debe hacerle a su hijo es «¿Quién puede decidir si eres lo suficientemente bueno o si eres una persona valiosa?» Aliente a su hijo a desafiar sus propios pensamientos mientras le ayuda a tener más confianza y a desarrollar su Autoestima (Elemento #38).
Anime a su hijo a escribir sus pensamientos en un diario. Luego, trate de festejar con su hijo mientras él cambia su forma de pensar y adquiere una perspectiva más realista de sí mismo.
Mi hija todavía tiene momentos de timidez, pero está aprendiendo más sobre sí misma y lo que la empuja hacia la timidez. Mientras usted trabaja para ayudar a su propio hijo a liberarse de la timidez, recuerde que esto requerirá paciencia, tiempo e intencionalidad.